Espiar, a veces, tiene sus consecuencias.
Para que negarlo, estaba obsesionado con esa chica. No podía evitarlo, esa muchacha retraída y aparentemente sin gracia se había colado en sus pensamientos y había echado raíces ahí, en el mismo instante en el que la vio a través de la ventana de su habitación; la habitación que compartía con ella.
En
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